Realizar las podas de otoño es fundamental para preparar árboles y arbustos de cara a las bajas temperaturas y estimular un crecimiento saludable en la próxima temporada. Esta época del año es ideal para eliminar ramas secas o dañadas, mejorar la estructura de las plantas y favorecer una mejor circulación del aire, lo que ayuda a prevenir enfermedades. Además, las podas de otoño contribuyen a mantener el jardín ordenado y fortalecen las plantas para que lleguen en óptimas condiciones a la primavera.
El otoño es una de las estaciones más importantes en el calendario de mantenimiento del jardín. Con la llegada de las temperaturas más frescas y la caída de las hojas, muchas plantas entran en un periodo de reposo vegetativo, lo que convierte esta época en el momento ideal para realizar labores de poda. Si bien muchos aficionados realizan este trabajo por cuenta propia, cada vez son más los que recurren a servicios profesionales de poda en otoño, especialmente cuando se trata de grandes árboles, especies delicadas o entornos urbanos que requieren intervención técnica.
En este artículo te explicamos todo lo que necesitas saber sobre las podas en otoño, tanto si eres aficionado a la jardinería como si estás considerando contratar a un experto para hacerlo por ti.
La poda en otoño cumple una función clave en la salud, el crecimiento y el aspecto de las plantas. Se trata de un momento de transición entre el desarrollo activo del verano y el letargo invernal, lo que permite intervenir sin interferir en la floración o el crecimiento principal de la planta.
Entre los principales beneficios de la poda otoñal se encuentran:
• Eliminar ramas muertas, secas o enfermas que pueden convertirse en foco de infecciones o plagas.
• Preparar las plantas para soportar mejor las condiciones del invierno, como el viento, la humedad o las heladas.
• Favorecer una brotación más vigorosa en primavera.
• Controlar el tamaño y la forma de árboles y arbustos, especialmente en jardines pequeños o zonas urbanas.
• Mejorar la entrada de luz y ventilación al interior de las copas, reduciendo el riesgo de enfermedades fúngicas.
Además, realizar la poda en otoño permite actuar antes de que los árboles y arbustos pierdan completamente sus hojas, lo que facilita la visualización de la estructura de la planta y la planificación de los cortes.
En función del objetivo y del tipo de planta, en otoño se pueden aplicar diferentes técnicas de poda. Las más habituales son:
Es la más común y necesaria. Consiste en retirar ramas secas, enfermas, dañadas o mal posicionadas. Es fundamental para mantener la salud general de la planta y evitar que enfermedades o plagas se propaguen durante el invierno.
Se aplica sobre todo en árboles jóvenes o arbustos ornamentales. Sirve para definir la estructura y forma de la planta, orientando su crecimiento futuro. En otoño puede realizarse de forma ligera para corregir defectos sin debilitar en exceso la planta.
Se utiliza para limitar el tamaño de las plantas, controlar su desarrollo o evitar que interfieran con construcciones, tendidos eléctricos o el paso peatonal. En zonas urbanas, esta poda suele estar regulada y debe ser realizada por profesionales.
Algunas plantas que florecen en madera nueva pueden beneficiarse de una poda ligera en otoño para estimular el desarrollo de brotes que darán flor en primavera.
No todas las plantas admiten poda en otoño, por lo que es importante conocer las características de cada especie. En general, estas son algunas de las que sí permiten intervención en esta estación:
Árboles caducifolios
• Frutales como manzanos, perales o ciruelos (siempre que el clima sea templado).
• Moreras, olmos, castaños, sauces.
• Plátanos de sombra y otras especies urbanas.
Arbustos ornamentales
• Rosales (poda de limpieza y ligera de formación).
• Hortensias (algunas variedades).
• Lavandas, salvias, budleias, artemisas.
Trepadoras
• Jazmines, madreselvas, glicinas (poda de control o limpieza).
Es importante evitar la poda en especies que florecen en madera vieja o que son especialmente sensibles al frío. En zonas con riesgo de heladas tempranas, conviene retrasar o limitar la poda.
Si bien muchas podas ligeras pueden ser realizadas por particulares, existen situaciones en las que es altamente recomendable contar con un servicio profesional de poda, especialmente en otoño:
• Cuando se trata de árboles de gran porte que requieren herramientas y medidas de seguridad específicas.
• Si hay riesgo de caída de ramas sobre viviendas, vehículos o vía pública.
• Cuando se deben realizar podas técnicas que requieren conocimiento botánico o experiencia en estructuras vegetales.
• En entornos comunitarios o públicos, donde se exige cumplimiento de normativas municipales.
• Para especies valiosas, centenarias o sensibles, donde un mal corte puede afectar seriamente la salud del ejemplar.
Los profesionales del sector de los desbroces cuentan con herramientas especializadas, seguros de responsabilidad civil, formación en técnicas seguras y conocimientos en fisiología vegetal. Además, pueden asesorar sobre el momento óptimo para intervenir, gestionar residuos vegetales y tramitar permisos si fuera necesario.
Herramientas necesarias para una buena poda en otoño
Para quienes deciden realizar la poda por su cuenta, es esencial contar con el equipo adecuado:
• Tijeras de podar manuales, para ramas delgadas.
• Tijeras de dos manos o cortasetos, para arbustos medianos.
• Sierra de poda, para ramas gruesas o árboles.
• Guantes resistentes, gafas de protección y ropa adecuada.
• Desinfectante para limpiar las herramientas entre cortes, especialmente si se intervienen plantas enfermas.
Tener herramientas afiladas y limpias es clave para realizar cortes limpios que cicatricen rápidamente, evitando infecciones o daños innecesarios.
Precauciones y errores comunes en la poda otoñal
Realizar una poda correcta implica más que cortar ramas al azar. Estos son algunos de los errores más frecuentes que deben evitarse:
• Podar en días húmedos o lluviosos, ya que la humedad favorece la aparición de hongos.
• Cortar más del 30% de la masa vegetal en una sola intervención, lo que puede debilitar la planta.
• No identificar correctamente la especie o sus necesidades específicas de poda.
• No desinfectar las herramientas, lo que puede transmitir enfermedades entre plantas.
• Realizar cortes mal orientados o demasiado cercanos a los nudos, lo que impide una correcta cicatrización.
Qué hacer con los restos de poda
Una parte importante del trabajo de poda es la gestión de los residuos vegetales. Las opciones más sostenibles incluyen:
• Triturar los restos para generar mulch o acolchado para proteger el suelo durante el invierno.
• Incorporarlos al compostaje, si se trata de material sano.
• Llevarlos a un punto limpio o contenedor verde, si el volumen es elevado.
Las empresas profesionales suelen encargarse de esta gestión como parte del servicio.
El otoño, una estación clave para la poda y la salud del jardín
Las podas en otoño no solo son una tarea de mantenimiento, sino una inversión en la salud y el equilibrio de tu jardín. Ya sea para preparar las plantas para el invierno, eliminar ramas problemáticas o dar forma a los ejemplares, la intervención en esta época del año puede tener efectos muy positivos a corto y largo plazo.
Contar con la ayuda de profesionales de la poda y limpieza de parcelas garantiza seguridad, eficacia y resultados óptimos, especialmente en árboles grandes o jardines con necesidades específicas.
Antes de tomar la tijera o contratar un servicio, infórmate bien sobre las especies que tienes, sus necesidades y el tipo de intervención adecuada para cada caso. Tu jardín te lo agradecerá en primavera.